La terapia de familia tiene por objeto entender a todos los miembros que componen el sistema familiar para encontrar soluciones a los conflictos relacionales, movilizando los recursos familiares e involucrando de forma activa a todos sus miembros.

Es imposible separar al individuo del medio que lo envuelve. La familia es el primer escenario en el que nos desarrollamos y por tanto parte de nuestra forma de pensar, creer y sentir está vinculada con nuestro desarrollo, las vivencias, la historia transgeneracional y las interacciones pasadas y presentes que se dan entre los diferentes miembros de la familia. Los terapeutas familiares se focalizan en conocer la estructura, los procesos y los sistemas de creencias de las familias

La demanda de esta terapia se puede realizar por uno o parte de los integrantes de la familia o desde el especialista cuando este considera que para la recuperación del paciente es importante este abordaje. Desde la óptica sistémica se busca vincular los síntomas visibles de la persona/as que tenga o tengan identificada la enfermedad o la dificultad a su contexto, para lograr una comprensión del problema de forma global. A veces los síntomas forman parte de un patrón de conducta disfuncional que sirve a la persona para expresar que algo en su sistema no está funcionando adecuadamente. Poniendo el foco en la familia se consigue tener una información mucho mas precisa que permita la recuperación y solución de la problemática.

La terapia familiar se lleva a cabo en co-terapia, es decir, en la sesión están presentes dos especialistas (psicóloga o psiquiatra) que se encargan de la tarea de entender y ayudar a entenderse a la familia. Las sesiones son mensuales, salvo que las terapeutas consideren modificaciones, en sesiones de aproximadamente una hora.