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La psiquiatría es la rama de la medicina que se ocupa del estudio y tratamiento de las enfermedades de la mente. Los objetivos de la psiquiatría son prevenir, evaluar, diagnosticar y tratar para conseguir restaurar o reintegrar la salud mental de la persona. En su abordaje se utilizan los psicofármacos que según la sintomatología y el criterio del especialista deberán ser combinados con psicoterapia.

Acudir al psiquiatra sigue siendo una práctica silenciada por los estigmas a los que se ha visto sometida la salud mental en el pasado y por el desconocimiento y el miedo debido a las creencias erróneas de qué son los psicofármacos, cómo actúan y cuáles son sus efectos secundarios.

La salud mental forma parte del constructo «salud» y por tanto determina nuestro bienestar así como la probabilidad de enfermar. Los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030 (OMS, 2109). Más de 300 millones de personas en el mundo sufren una depresión. Según la Encuesta Europea de Salud en España (EESE) 2020, el 12,74 % de la población de 15 o más años manifiesta sintomatología depresiva. Siendo la prevalencia autorreferida de depresión de un 5.28% y un 5.84% de ansiedad crónica. Estos resultados se han duplicado con la pandemia encontrando que en torno al 20% de la población manifiesta ansiedad y depresión.

La ansiedad y depresión en muchos casos empiezan a  germinar en la infancia. En torno al 50% de los adultos que lo padecen empezaron a experimentarlo antes de los 14 años. Es por esto que la intervención temprana debería hacerse en la etapa infanto-juvenil.

La terapia de familia tiene por objeto entender a todos los miembros que componen el sistema familiar para encontrar soluciones a los conflictos relacionales, movilizando los recursos familiares e involucrando de forma activa a todos sus miembros.

Es imposible separar al individuo del medio que lo envuelve. La familia es el primer escenario en el que nos desarrollamos y por tanto parte de nuestra forma de pensar, creer y sentir está vinculada con nuestro desarrollo, las vivencias, la historia transgeneracional y las interacciones pasadas y presentes que se dan entre los diferentes miembros de la familia. Los terapeutas familiares se focalizan en conocer la estructura, los procesos y los sistemas de creencias de las familias

La demanda de esta terapia se puede realizar por uno o parte de los integrantes de la familia o desde el especialista cuando este considera que para la recuperación del paciente es importante este abordaje. Desde la óptica sistémica se busca vincular los síntomas visibles de la persona/as que tenga o tengan identificada la enfermedad o la dificultad a su contexto, para lograr una comprensión del problema de forma global. A veces los síntomas forman parte de un patrón de conducta disfuncional que sirve a la persona para expresar que algo en su sistema no está funcionando adecuadamente. Poniendo el foco en la familia se consigue tener una información mucho mas precisa que permita la recuperación y solución de la problemática.

La terapia familiar se lleva a cabo en co-terapia, es decir, en la sesión están presentes dos especialistas (psicóloga o psiquiatra) que se encargan de la tarea de entender y ayudar a entenderse a la familia. Las sesiones son mensuales, salvo que las terapeutas consideren modificaciones, en sesiones de aproximadamente una hora.

La hipnosis clínica es una herramienta de la psicoterapia que da acceso de forma indirecta a la persona a su propia mente, permitiendo desde la terapia, cambios más rápidos, fáciles y naturales. A través de su entrenamiento se induce un estado específico de conciencia en el que confluye un estado de relajación profunda y una elevada focalización de la atención. En ella, el terapeuta emplea una comunicación verbal basada en el empleo de sugestiones, que implican en el paciente la generación de respuestas relacionadas con los objetivos que se quieren conseguir. Al trabajar con hipnosis, buscamos entender el sentido del síntoma en el caso de que el paciente acuda para tratar por ejemplo ansiedad, tristeza, insomnio, fobias o miedos o se ayuda al cerebro a conseguir sus metas como pueden ser preparación de oposición, manejo del dolor, a través de circuitos mentales que activan formas de procesar la realidad y de utilización de nuestros recursos cognitivos de forma más sencilla y sin las dificultades de la mente consciente.

Los estudios muestran que cuando se emplea la hipnosis con otras técnicas terapéuticas, el proceso psicológico de cambio se hace más corto y profundo. La hipnosis parece actuar como una lente de aumento, que permite desplegar al enfoque terapéutico lo mejor de sus cualidades. Es decir, la hipnosis permite un aprendizaje terapéutico más profundo a niveles cognitivos, emocionales y fisiológicos durante la psicoterapia.
Aunque hay muchos mitos en torno a la hipnosis, cabe recordar que en ningún caso una sugestión hipnótica puede motivar que el paciente actúe en contra de su voluntad. Además, aunque los sujetos pueden concentrarse profundamente en las ideas o imágenes sugeridas, habitualmente no pierden la atención del medio, respondiendo apropiadamente a estímulos externos.